POR SEGUNDO AÑO CONSECUTIVO, AGUASCALIENTES LIDERA EL IDD-MEX
2019.
México requiere políticas de largo plazo para un mayor
desarrollo
Democrático.
Aguascalientes Ags., 25 de enero 2020.- Por
segunda vez, Aguascalientes obtiene la puntuación más alta en el IDD Mex, con
10,000 puntos, manteniendo el liderazgo, que había alcanzado en 2018. Llega a
este resultado liderando democracia de las instituciones, mientras que en el
resto de las variables recibe ponderaciones de desarrollo democrático medio.
Se posiciona en el ranking de casi todas las dimensiones
entre los 10 mejores estados, destacándose en la dimensión II, Democracia de
las instituciones, donde se ubica en el primer lugar. Sólo se posiciona por
debajo de estos niveles en Democracia de los ciudadanos, donde se posiciona en
el 13º lugar.
Oportunidades para mejorar el Desarrollo Democrático:
-Lograr mayor adhesión de la ciudadanía en los procesos
electorales. Generar procesos de construcción de ciudadanía.
-Fortalecer el respeto de los derechos políticos.
-Incrementar la lucha contra la corrupción.
-Implementar políticas de empleo.
-Mejorar la asignación y el uso de las partidas
presupuestarias en las áreas de salud y educación.
-Optimizar la recaudación fiscal para avanzar hacia una
mayor autonomía financiera.
-Generar mejores condiciones de desarrollo económico y
fortalecer la inversión en una matriz de infraestructura para la producción.
El Índice de Desarrollo Democrático de México (IDD-MEX) es
un índice creado para analizar fortalezas y debilidades en el desarrollo de la
democracia mexicana, que permite
a las dirigencias políticas, sociales y económicas contar
con elementos de diagnóstico útiles para diseñar políticas específicas que ayuden a
lograr mayor desarrollo en las
entidades federativas del país.
Cada nueva edición nos da la oportunidad de reflexionar, con datos verificables en cada una de sus cuatro dimensiones, sobre la evolución que ha
tenido la democracia. Estos
datos posibilitan comparar el impacto que tienen las
políticas públicas llevadas a cabo en cada entidad y la percepción que permea en la sociedad sobre
el funcionamiento de sus
instituciones.
Pese a los cambios, actuales y potenciales, en la agenda
nacional, el informe continúa evidenciando que los problemas estructurales de pobreza,
exclusión, violencia y
debilidad institucional persisten sin demasiados cambios en
la mayoría de los estados de
México.
Este año hemos incorporado un indicador que, junto al clima
de satisfacción/insatisfacción en el ejercicio de derechos y libertades, nos permite
evaluar, también, el grado de
compromiso ciudadano con las responsabilidades de
participación, y el respeto a la Ley.
Ambos son atributos ciudadanos indispensables para mejorar
la democracia.
El informe 2019 presenta, en el promedio nacional, un
incremento respecto del año anterior del 13% y llega a 5,662 puntos, alcanzando el
tercer mejor valor de la serie desde
2010.
La recuperación de la dimensión la cual mide calidad
institucional y eficiencia política (Dimensión II - Democracia de las instituciones),
tras haber caído a su valor más
bajo de la serie el año anterior, es la causa principal de
ese incremento.
Pero el crecimiento no es homogéneo y la diversidad alcanza
también a las propias dimensiones de la democracia en cada entidad federativa,
con estados que destacan por su crecimiento en algunos indicadores, pero, sin
embargo, no logran un incremento equivalente en otras variables fundamentales del desarrollo
democrático.
El promedio de la dimensión la cual mide el respeto de
derechos y libertades (Dimensión I - Democracia de los ciudadanos), este año, empeora, y lo
hace un casi 4% respecto del IDD-Mex 2018, dejando atrás el mejor valor promedio de la
serie, que había logrado ese
año.
En la evaluación de la capacidad para generar políticas que
aseguren bienestar (Dimensión III - Democracia social), el promedio nacional
presenta un leve incremento
respecto a 2018.
También en la capacidad para generar políticas que aseguren
eficiencia económica (Dimensión IV - Democracia económica), se observa una leve
mejoría con un incremento
del 1% con respecto al año anterior.
El gobierno federal ha propuesto una nueva agenda y cuenta
con amplias mayorías legislativas. Sin embargo, la realidad no avanza con la
misma velocidad que la agenda propuesta, y los frutos de los cambios no se perciben aún en
los indicadores que registran el desarrollo democrático.
Por una cuestión metodológica, el mejor comportamiento entre
los estados es llevado al valor máximo: 10,000 puntos, pero ninguna entidad federativa
logra un comportamiento
óptimo en ninguna de las dimensiones del desarrollo
democrático.
En la observación del trabajo de campo se observa con
preocupación la división de la sociedad, generada o incentivada desde la política.
Estas
diferencias, que siempre existieron, se han profundizado peligrosamente con riesgo de
deslegitimar a quienes piensan diferente, al punto de considerarlos enemigos del
concepto de comunidad o de
Nación que cada uno tiene.
Cuando estas divisiones aparecen, se torna mucho más difícil
sostener políticas de estado y existe el riesgo de que los turnos democráticos de
los diferentes gobiernos, lejos
de construir políticas consensuadas con objetivos de largo
plazo, se dediquen cíclicamente a destruir lo hecho y a empezar de nuevo, cada
vez, con los costos sociales
y económicos que ello implica.
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