Aguascalientes sin agua. Jesús Rangel De Lira. Aguascalientes Ags., 19 de febrero de 2023. Mientras Aguascalientes se seca, el galimatía...
Aguascalientes sin agua.
Jesús Rangel De Lira.
Aguascalientes Ags., 19 de febrero de 2023.
Mientras Aguascalientes se seca, el galimatías armado en torno a la decisión, tiene su origen en intereses políticos confrontados, desconocimiento evidente, y soterrada lucha por el control y disposición del agua potable en el estado.
Se discute la salida de VEOLIA y el tipo de organismo que operará después del 21 de octubre, pero falta claridad en el diagnóstico. No se percibe que la discusión se oriente hacia una resolución integral con el presente y futuro del agua como escenarios; debemos ser serios y discutir alternativas con datos, es absurdo discutir opciones desde una perspectiva ideológica, tampoco debe ser tamizada por los intereses de los partidos.
La decisión es la más importante en los últimos 30 años, pero no implica sólo el futuro de la ciudad o del Municipio Capital. Debemos ver el término de la concesión, como la oportunidad irrepetible para estructurar un proyecto estatal de mediano y largo plazo, con el objetivo de garantizar disponibilidad de agua mínimo, a 50 años.
La escasez afecta a todo el estado, nos jugamos el futuro y la viabilidad de nuestra economía, sustentabilidad de nuestro campo y consumo para servicios y nuestras familias en los centros urbanos.
Otto Von Bismarck, el temperamental germano, dejó una frase que se ajusta al proceso: “El político piensa en la próxima elección; el estadista, en la próxima generación”.
Entre las variopintas opiniones, argumentos y disparates que se han dicho; sobresalen dos con peso propio, ineludibles para la viabilizar la disponibilidad de agua.
1.-Control: el esquema de concesión no funcionó, se entregó a VEOLIA el control absoluto y la rectoría del Municipio se tornó en un concepto muy difuso. CCAPAMA no quiso o no supo cómo ejercer sus funciones de regulador y ejercer las facultades descritas en el Título de Concesión, la Ley del Agua para el Estado y el Reglamento Interno; a partir de 2003 CAASA-VEOLIA estaba obligada a cumplir el 70% de eficiencia física, hasta 2022 no lo cumplió ni un solo año.
Incumplir el 50 % del tiempo en cualquiera de las condiciones, era suficiente para rescindir el Título por causas imputables al prestador del servicio, pocos quieren que se vuelva a repetir la experiencia.
Desafortunadamente la consecuencia más negativa de la concesión no son los abusos. VEOLIA se marchará y nos dejará sin agua, explotó el Acuífero del Valle de Aguascalientes sin acciones de mitigación o recarga.
Más que sobreexplotado, el acuífero está próximo al agotamiento. De finales del 2024 en adelante, llegará el momento en que únicamente dispongamos de la recarga anual 249.6 mm3 para abastecer al mismo tiempo la industria, las actividades agropecuarias y el consumo doméstico.
2.- Disponibilidad de agua: con datos del Banco Mundial el país se seca: en 1960 teníamos una disponibilidad per cápita de 10 mil metros cúbicos, para 2012 disminuyó a 4 mil y la proyección es que para 2030 tengamos menos de 3 mil metros cúbicos por habitante, negro panorama.
Si México se seca. ¿Cómo estamos en Aguascalientes, de cuánta agua disponemos?
Dimensionemos el problema: según el indicador de Falkenmark, cuando la disponibilidad es menor a 1700 m3 por habitante, se considera estrés hídrico.
Si la disponibilidad por persona es menor a 1000 m3, SEMARNAT dice que las consecuencias pueden ser severas, no alcanzará el agua disponible para atender la demanda simultánea del campo, la industria y el uso doméstico.
Es la apremiante realidad en nuestro Aguascalientes, somos el tercer estado con menor disponibilidad de agua por persona, 396 metros cúbicos de acuerdo al último reporte del INEGI publicado en 2019, con tan poca agua disponible, después del 2024 el freno a las actividades industriales y de servicios, agropecuarias y consumo en centros de población pueden ser inmanejables.
El Acuífero se agota y para colmo cada vez llueve menos.
La precipitación en el estado solía ser de 500 a 520 mm cada año, pero los datos de SEMARNAT indican que entre el año 2000 y 2021 el acumulado de lluvia en ningún año sobrepasó los 490 mm, claramente llueve menos y el punto es que cada año consumimos mucha más agua.
Qué sucedería si se presenta un año de sequía, o dos o tres años con menores niveles de precipitación, el racionamiento y la escasez amenazan la paz y tranquilidad social.
¿Cuánta agua consumimos?
Del Acuífero del Valle de Aguascalientes se abastece el 88.7% de la población estatal, 1 millón 262 mil personas, la capital y otros 7 municipios. En 2021 se extrajeron 470 mm3, de los cuales: 172.1 millones de m3 fueron para el servicio público-urbano, 13 mm3 para la industria, 258.6 mm3 para el campo y 26.7 para otros usos.
En los últimos 30 años, el consumo del campo se estabilizó. Sin embargo, el consumo público-urbano crece en promedio 30.8 millones de m3 cúbicos cada tres años en los 8 municipios, para finales de 2024 llegará a 203 mm3 en promedio y para 2030 se estima supere los 265 mm3.
El déficit de extracción 251.4 mm3 (la diferencia entre extracción total y recarga), superará a la recarga anual del acuífero, 249.6 mm3 a finales del próximo año, a partir de este punto, cada vez será más difícil abastecer la creciente demanda, se estima que a 2030 la extracción total supere los 564 hectómetros para todos los usos.
En qué momento antes del 2030 se agotará el acuífero y dispondremos únicamente de la recarga (249.6 hm3)?
No existen soluciones de corto plazo (digamos máximo 4 años), para revertir la escasez, no tenemos agua superficial, la de las presas, incluyendo la Calles es insuficiente, además el agua disponible de esta presa, ya está comprometida para uso del Distrito de Riego 001.
La alternativa de reúso es insuficiente: si fuésemos eficientes, tratáramos toda el agua negra y la reusáramos en una correcta estrategia de sustitución por agua de primer uso, aún nos quedaríamos cortos por aproximadamente el 35% de las necesidades globales.
Y tome en cuenta si lee este artículo, las plantas tratadoras, municipales y estatales no cuentan con la tecnología instalada (tratamiento terciario), para producir efluentes de la calidad requerida para los diferentes usos y no se ve claro en los presupuestos cuándo será posible destinar recursos para su adecuación.
Existe un obstáculo adicional, la reforma a la norma NOM-127-SSA1-2021, en el apartado 5.1 establece: “El agua de los sistemas de abastecimiento no debe tener como fuente de abastecimiento agua residual tratada” Es decir, no se permite el agua tratada de negra a potable, para uso y consumo humano.
No está claro si deja margen para tratar el agua, verterla en un cuerpo superficial, un río o presa y de ahí bombearla a una planta potabilizadora, para después mezclarla con agua potable y agregarla a la red.
Todo el proceso: adecuar las plantas tratadoras, construir líneas moradas y reusar el agua, tardaría como mínimo 5-6 años, pero insisto, incluso tratando toda el agua residual, nos quedaríamos cortos 35 % en la demanda.
Por si fuera poco, nuestro campo también requiere fuertes inversiones todavía sin cuantificar. Es el sector menos supervisado, está convertido en una verdadera pachanga, existe desde extracción clandestina, sobreexplotación de concesiones, y métodos poco eficientes de producción.
CONAGUA responsable de regular y supervisar la extracción, por limitaciones de presupuesto, cuenta con menos de 5 supervisores para vigilar la extracción de 852 pozos agrícolas.
La única alternativa para no quedarnos sin agua, aparte de tratar de ser más eficientes en el consumo, es trasvasar, la reserva del Río Juchipila 113.5 hectómetros anuales, reservados por decreto en junio del 2018 por el expresidente Enrique Peña Nieto.
Concretar esta magna obra requiere quizá 15 años y una inversión estratosférica, más de 15 mil millones de pesos.
La escasez ya nos alcanzó, Veolia debe salir el 21 de octubre, pero apenas es un pequeño paso hacia la sustentabilidad hídrica, el objetivo de mediano y largo plazo es rescatar y equilibrar el Acuífero del Valle de Aguascalientes.
Una vez descrito el panorama. ¿Es válido necear como los músicos del Titanic, si se municipaliza el servicio, se adopta un esquema mixto o se vuelve a concesionar?
Al término del Título de Concesión, sólo existe una opción válida; municipalizar el servicio como primer paso para trabajar en consolidar un proyecto integral que considere a los 8 municipios usuarios del AVA.
Cualquier decisión parcial sin considerar el bosque completo, está destinada al fracaso. La materia prima es el agua, sin seguridad en las fuentes de abastecimiento no existe modelo que valga, la dimensión de la escasez y las alternativas de solución, sobrepasan el ámbito municipal.
Existen retos y preguntas sin respuesta, antes de adoptar decisiones permanentes:
-¿Cómo revertir la sobreexplotación del acuífero y en cuánto tiempo?
-¿Cómo lidiar contra la escasez de lluvias y las potenciales sequías?
-Establecer procesos efectivos de regulación y supervisión en la extracción de agua subterránea para actividades agropecuarias, industria, cotos residenciales, etc.
-¿Qué infraestructura se requiere, en cuánto tiempo estaría lista y cuál es el costo aproximado?
¿Cómo se financiará todo el proyecto y a cuáles etapas se dará prioridad?
-¡En fin! El problema es mayúsculo, y requiere la colaboración de los tres niveles de gobierno.
El problema es sumamente grave, cabildo, diputados y los niveles de gobierno tienen un nudo gordiano por desenredar, espero y no tomen las cosas a la ligera.
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