Una semblanza
Ángel Hernández Arias (1939-2019)


Por Luis Gerardo Cortez



Me tocó convivir con Don Ángel en el archivo histórico del Estado de Aguascalientes a partir de 1994 (no recuerdo si fue a partir de Enero o Febrero de ese año en que él llegó a la dirección del archivo) hasta noviembre del 2003 en que me nombraron encargado de Archivo Notarial de Aguascalientes, recuerdo perfectamente la alerta que me dio acerca de manejar un archivo de esas características, lo cual me ayudó en gran medida para tomar decisiones en el tiempo que estuve al frente del mismo.

Durante el tiempo que estuvo a cargo del Histórico, el archivo tuvo una presencia importante dentro de la población ya fuera en los medios de publicación y con publicaciones propias del archivo a su cargo, que fueron periódicas y gratuitas, que se distribuían a un amplio sector de la población, y además de los que en la sala de consulta del archivo había para que los visitantes al mismo, los solicitaran.

Las publicaciones fueron Mascarón, Archivalía, catálogos como el de la Mapoteca Histórica y la publicación que se continuó titulada La Gazzeta Histórica y que quincenalmente se publicaba desde la administración próxima anterior, en la sección de sociales de un periódico de la localidad, de estas ya no existe ninguna.

Concursos como el de Papeles de Familia, y o el de fotografía antigua, en donde se invitaba a la ciudadanía a participar con antiguos documentos de su propiedad y que quisieran en dado momento de que ganaran y a cambio de un estímulo económico, dejar el documento bajo resguardo de la institución.

Así se logró rescatar valiosas fotografías, libros que aumentaron el acervo de la institución a cargo de la memoria historia de Aguascalientes, entre ellos que recuerde, un pequeño libro autoría de Carlos A Salas López sobre historia de Aguascalientes.

Las visitas guiadas a los planteles escolares “conviviendo con la historia” llegando a tener a dos maestros jubilados, que estaban comisionados en el archivo, un proyecto que en su momento fue un referente para el conocimiento de la historia de Aguascalientes para los niños de la ciudad.

Exposiciones frecuentes en el primer patio, ya fuera de documentación resguardada en el archivo o de fotógrafos de la entidad.

Bajo su dirección en el Histórico, consiguió se donara la estructura que cubre el primer patio y que sirvió de mucho para la conservación del inmueble y del acervo documental que esta justamente con vista a ese patio. Don Carlos Ávila Pardo fue el benefactor de dicha mejora.

Su trayectoria

Dentro de los archivos en Aguascalientes siempre fue destacada, lo que lo hizo ser referente inclusive, de la archivonomía nacional.

Fue Director del Archivo General del estado, del Archivo Municipal y después Director del Archivo Histórico del estado, y no es como se ha manejado en algunas publicaciones que primero fue archivo general y que este después se convirtió en Histórico, no es así, eran y siguen siendo, dos entidades diferentes, pero ahora bajo la dirección general de Archivos que rige los trabajos del Archivo General y del Archivo Histórico, esté último en su momento llegó a tener la categoría de Dirección General de Archivo histórico hasta que se creó la Dirección General de Archivos en el sexenio de Felipe González González.

A inicios del sexenio de Luis Armando Reynoso Femat, no fue ratificado en la dirección del archivo histórico, y fue cuando comenzó a tramitar su pensión después de más de cuarenta años en los archivos de la entidad. Ya después, se le invito a ser parte del Instituto de Transparencia de Aguascalientes hasta que se concluyó su permanencia en dicho instituto.

A pesar de haber tenido yo, dos fuertes enfrentamientos por cuestiones archivísticas, en las cuales llegué poner sobre la mesa su decisión sobre mi continuidad en el archivo, ocasionados por alguien ajeno al archivo, y en las cuales al final se dio la razón al trabajo que debía hacerse y no al capricho de un historiador. Lo seguí viendo con gran estima y me di cuenta que Don Ángel me correspondía de la misma manera.

Personajes como Don Ángel sin duda tuvo tanto amigos como enemigos, pero de los últimos eran porque no estaban de acuerdo en su forma de trabajar, y creo se pueden contar con los dedos de una mano y quitando un dedo de esa mano.

Era una persona que tenía siempre la chispa de algún dicho curioso en el momento adecuado, como también tenía sus momentos de mal humor que en realidad eran los menos, personaje que inclusive está reflejado en el mural ubicado en Palacio de Gobierno en la parte que refleja la feria de san Marcos.

Un difunto que no era el difunto.

En 1986, falleció en Aguascalientes Don Ángel Hernández, a quienes se conocía como Angelito, pero en las esquelas publicadas en los periódicos, únicamente pusieron “Angelito, Ángel Hernández falleció tal día etc.” Y resulta que quiénes le conocían y le decía de la misma forma que se indicaba en las esquelas, de inmediato llamaban al Archivo General para saber qué es lo que había sucedido pero cuando les decían que ahí estaba, la sorpresa era mayúscula al enterarse, platicado por Don Ángel, “que seguía vivito y coleando además de contestando llamadas…” El fallecido era Hernández Dávila, no Hernández Arias, pequeña confusión. 



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