Así fue que lo conocí.
Por Carlos Gutiérrez
11 de septiembre 2019


¿Hola como estás?
-Bien y tú?
-Muy bien. Soy el nuevo reportero que estará trabajando y vengo a ponerme a tus órdenes.

Así fue el breve dialogo que por primera vez tuvimos Jesús Enrique Ramírez Ramírez y quien esto escribe. Yo trabajaba como jefe de información del naciente Página 24, y él se acababa de integrar a la plantilla de reporteros.

Diligente, atento, servicial, bastante trabajador y agudo en su estilo periodístico, Jesús Ramírez, a quien pronto me gané la deferencia de llamarle como sus amigos le nombraban: JERR (Acrónimo de su propio nombre, Jesús Enrique Ramírez Ramírez).

En realidad estuvimos poco tiempo en el periódico, pero un día, antes de que yo dejara esa redacción, me pidió hablar en privado con él y accedí. Salimos a la tienda a comprar algo para mitigar el hambre y fue entonces que me dijo que él estaba casado, que tenía hijos y pues que venía de Zacatecas a abrirse paso en Aguascalientes.

Me contó varios aspectos de su vida y luego me pidió un paro: “Quiero ver si me puedes hacer un paro; mira, entré a la Universidad a estudiar Ciencias Políticas, y pues necesito estar en la universidad a las 3 de la tarde para mis clases, ¿me puedes ayudar entregándote temprano mi material, pero que me liberes a esa hora para llegar a mis clases?

Yo siempre he visto con simpatía las personas que luchan y se esfuerzan por mejorar, de modo que, el favor que me pedía, yo lo vi con agrado, finalmente, de haber algún evento por la tarde, tendría que cubrirlo sin mas remedio, pero el resto de los días, él estaría llegando puntual a sus clases.  Solo los que hemos estudiado y trabajado sabemos lo mucho que necesitamos de este tipo de apoyos.

“Claro, mi JERR, no hay problema, tú déjame tu info tempra y yo la checo y la paso normal. Si el director se llega a enterar, yo le explico, pero mientras me entregues a tiempo, por mi no hay problema”

Ese día, comenzó una gran amistad. Y en efecto, tenía yo su información antes de las 2 de la tarde, luego se iba a la universidad y seguramente después a estudiar por las noches, porque la agenda periodística se la mandaba a primera hora, todos los días. Sin duda un triple esfuerzo: Esposo y padre, periodista y estudiante.

Ayer fue un día especial para quienes le seguimos guardando aprecio y cariño. Ayer, su familia y sus compañeros sindicalistas forjaron lo que seguramente será una grandiosa fundación, la Fundación Jesús Enrique Ramírez Ramírez para el Desarrollo (JERR), que buscará continuar su obra de altruismo y de lucha social a favor de los que más lo necesitan.
Dejé el periódico para ir a trabajar a otro, me despedí de todos y pasaron algunos años hasta volver a ver a JERR. Yo trabajaba en la Secretaría de Desarrollo Económico y el acababa de fundar la CROM en Aguascalientes. Era el sexenio de Felipe González. En esa ocasión llegó al piso 8 de la Torreplaza Bosques y cuando se abrió el elevador, lo primero que vi fue a un tipazo sonriendo -siempre sonreía- acompañado de una persona mayor de edad.

-Quiubo JERR, ¿cómo estás? Le solté con mucho gusto, porque en realidad me dio mucho gusto volver a verlo.
- Bien Carlos, mira, te presento a mi líder, Ignacio Cuauhtémoc Paleta. Se trataba de un hombre mayor de edad, robusto, pelo cano, y caminaba con mucha dificultad ayudado de un bastón.
-Mucho gusto señor. Le respondí a un saludo muy amable y respetuoso.
-Venimos con Rubén Camarillo, tenemos cita.
-Pasen por aquí. Les guié hasta la antesala y después de eso, nos volvimos a ver en otras ocasiones, él consolidando su sindicato con el apoyo de Felipe González y de colaboradores del entonces gobernador, y yo, como funcionario público dedicado al tema de imagen y medios de comunicación.

Unos años más tarde, por cuestiones del destino, volvimos a vernos, pero esta vez, la amistad fue cultivada y me precio de haber contado con el privilegio de su amistad, cariño y confianza. Pronto me interioricé en la propia CROM, que hasta un sindicato formamos en la Comisión de Derechos Humanos, en donde yo era el jefe de prensa.

El viernes 11 de septiembre de 2015, cuando la noche comenzaba, estábamos mi esposa y yo en un restaurante al sur de la ciudad celebrando su cumpleaños. Estábamos los dos, echándonos unos drinks cuando entra una llamada a mi teléfono. Se trataba de Agustín,  Agustín Aguilar, uno de los líderes más cercanos a JERR.

-Hola Agustín, ¿cómo estás?
- Mal.
-¿Qué pasó?.  Por algo pensé que se trataba de algún problema de la CROM y medios de comunicación, jamás imaginé lo que había sucedido.
- Acaba de morir Jesús.
- ¿Qué? ¿cuál Jesús?
- Chuyito, el líder.
- ¡No mames! Tuve una sensación bastante horrible. La cabeza la sentí como si de repente se me inflara con aire. Me sentí mal. Muy mal.
-A ver, Agustín, dame un minuto y te llamo.
Colgué el teléfono y mi esposa, consternada y sin saber lo que había pasado, me preguntó qué era lo que había pasado.
Le pedí un minuto. Halé aire. Volví a meditar las palabras que me acababa de decir Agustín y le dije a mi señora: Jesús acaba de morir. El festejo terminó en ese momento porque su partida me pegó duro. 
De inmediato regresé la llamada ya con la noticia asimilada. Agustín me dio esa misma noche toda clase de pormenores. Fue uno de los días más tristes de mi vida.








Noticen.com.mx

Noticen.com.mx

Las noticias más importantes de Aguascalientes, con el particular y efectivo estilo de Carlos Gutiérrez.

Post A Comment:

0 comments: