LA VIDA BREVE. Un mundo que funcione para todos. Armando Alonso de Alba.

 

LA VIDA BREVE

 Un mundo que funcione para todos.

“El trabajo de un hombre no es más que este lento viaje para redescubrir, a través de los desvíos del arte, esas dos o tres imágenes grandes y simples en cuya presencia se abrió por primera vez el corazón”.   ALBERT CAMUS

Armando Alonso de Alba

 

Sabemos que el futuro no va a ser necesariamente de un color suave si continúan las tendencias actuales de crecimiento de la población, el agotamiento de recursos, cambio climático, terrorismo, delincuencia organizada, si enfermedades convergen en los próximos años.

 

Al mismo tiempo, si continúan las tendencias actuales de organización a través de las redes del futuro, la cooperación transnacional, la ciencia de los materiales, la impresión en 3D, las energías alternativas, la ciencia cognitiva, el diálogo interreligioso, la biología sintética y la nanotecnología y convergen en los próximos veinte o cincuenta años, es fácil imaginar un mundo que funcione para todos.

Como tesis central, expertos en conocimiento científico avanzado, economistas, diseñadores de negocios, responsables políticos, académicos y futuristas, entre otros, plantean en el proyecto Millenium, que si bien el panorama puede parecer pesimista, la humanidad está avanzando, aunque estos retos no pueden ser abordados por un solo gobierno o por una entidad aislada, sino que deberían conllevar una estrecha colaboración entre gobiernos, organizaciones internacionales, empresas, ONGs e individuos creativos. De lo contrario, los resultados pueden ser catastróficos para la humanidad.

No me detendré a citar las bondades enunciadas por los expertos, surgidas sobre todo de las entidades monetarias trasnacionales, las firmas tecnológicas y otros corporativos. Me detengo solo a enumerar algunos de los muchos desafíos  que emergen cuando se constata que la mitad de la población mundial es potencialmente inestable, se está incrementando el precio de los alimentos, decrecen las reservas de agua subterránea, aumenta la corrupción y la delincuencia organizada, se reducen las condiciones medioambientales para que exista la vida, aumentan las deudas, la inseguridad, las desigualdades económicas, y continúa el cambio climático y la brecha entre ricos y pobres se sigue ampliando peligrosamente.

 

En el escenario positivo, el de la toma de conciencia. Es alentador el que manifestantes de todo el mundo muestren una creciente intolerancia a los comportamientos poco éticos de las elites gobernantes. Una generación educada y conectada a internet se está sublevando contra el abuso de poder.

Es posible también que dentro de veinticinco años sea posible alcanzar una capacidad informática muy superior a la capacidad cerebral y se pueda disponer de ella las veinticuatro horas del día mientras se camina por la calle, con solo un sistema de reconocimiento de voz a partir de chips inteligentes insertados en los edificios. El detalle sensible sería ¿para cuántos de nosotros estarían disponibles esas maravillas?

El futuro no parece prometedor cuando vemos como continúan las tendencias actuales de, hay que repetirlo,  crecimiento de la población, agotamiento de recursos, cambio climático, expansión de las redes del crimen organizado. Así, lo único certero es que lo que estamos haciendo ya formará ese futuro, y los caminos por los que hoy transitamos no dan mucho para la buena imaginación.

Ante el optimismo de las fundaciones de los banqueros trasnacionales y  de los grandes corporativos, sin embargo hoy por hoy la mitad de la población es potencialmente vulnerable y la brecha entre ricos y pobres se sigue ampliando peligrosamente. Esa es la realidad frente a los buenos augurios de los defensores del mercado salvaje.

Con un apartado del Sistema de información Científica Redalyc (redalyc.org), concluyo: Vivimos un mundo en el que tanto la cohesión como la igualdad social se ven puestas en jaque por las tendencias predominantes de la globalización y del despliegue de la llamada tercera revolución industrial, se encaminan en una tendencia inclusiva y con la tendencia hacia el futuro compartido, un mundo de ciudadanos libres, responsables e iguales. No ocurrirá nada bueno si esos pilares no se sustenta en materia de cohesión e igualdad sociales,. Ya los futurólogos extrapolan de las tendencias actuales un porvenir en el cual la sombra del desempleo tecnológico, el debilitamiento de los vínculos sociales, la fractura del Estado-Nación y el aumento en la brecha de ingresos, llevan a pronósticos sombríos. Ojalá lo que hagamos hoy y en adelante permita vislumbrar un mejor horizonte para las nuevas generaciones.

 

Una tesis en boga, y que aquí compartimos, es que en la medida en que se materializan como derechos inalienables no sólo los civiles y políticos, sino también los derechos económicos, sociales y culturales, solo entonces, en adelante,  podrá avanzarse en el logro de una mayor integración social y una mayor igualdad.

 

Publicado en “Hidrocálido”. 05.01.2022